'Jugaremos en el bosque' de Alejandra Cárdenas y Guillermo Granillo: dos miradas al horror

Mariana vive sumida en la depresión desde que perdió a su hijo. Y su esposo, Javier, busca salvar a la pareja con un proyecto hotelero que los llevaría a vivir a la vieja y abandonada casona que pertenece a su familia. La pareja no sabe que en este lugar ocurrieron historias de violencia y muerte, que todavía influyen en el espacio. Pero ahí Mariana vuelve a embarazarse. Pero ahí merodean los fantasmas de una gemelas tenebrosas. Jugaremos en el bosque es una invitación y una amenaza a adentrarse en el horror del pasado que persiste entre carruseles y muros.

Pero Jugaremos en el bosque también es un ejercicio en codirección de la productora Alejandra Cárdenas (Cásese quien pueda, La nave, Me casé con un idiota) y el fotógrafo Guillermo Granillo (El crimen del padre Amaro, Profundo carmesí, Aro Tolbukhin - En la mente del asesino), quienes además comparten la experiencia de la ópera prima. 

Desde un nutrido abanico referencial, que lo mismo tiene al movimiento cristero que a Kubrick, al género de las casonas abandonadas y a los nonatos malditos, Jugaremos en el bosque se propone como un ejercicio del horror mexicano perturbador y absorbente, con la participación de Lucía Uribe y Mauricio Isaac en los estelares, a quienes se añaden actuaciones especiales de consagrados como Julieta Egurrola o Arturo Ripstein.

Jugaremos en el bosque tendrá su estreno en mayo de 2024, en salas de todo el país. Alejandra y Guillermo nos contaron sobre este ejercicio de codirección, que también los abismó al terror. 

 

Jugaremos en el bosque, Dirs. Alejandra Cárdenas y Guillermo Granillo 

¿Cómo decidieron que tenían que trabajar juntos en este proyecto? ¿Cómo es que saltan a la dirección y con un proyecto de terror?

Alejandra Cárdenas (AC): Yo estudié literatura latinoamericana y guion, por lo mismo me concentro bastante en la parte creativa y después en la producción. Este guión lo trabajamos con Carlos Aguilar Franco, después buscamos quien dirigiera el proyecto y no encontramos a alguien que nos convenciera. Entonces me acerqué a Memo. Ambos queríamos dirigir: yo tenía conocimientos en producción y él como fotógrafo, si nos juntabamos sabíamos que las cosas podrían resultar bien. 

Guillermo Granillo (GG): Alejandra y yo nunca habíamos platicado sobre terror, pero cuando egresé del CCC mi tesis de dirección hablaba sobre un vampiro. Es un tema que siempre me ha interesado. Cuando Ale me propone este proyecto, me viene como anillo al dedo. Fue una sorpresa descubrir que Ale también era fan del cine de terror: ahí nos quitamos la gorra de fotógrafo y de productora. 

 

En Jugaremos en el bosque manejan algunos tópicos del cine de horror al contexto mexicano: hay una hacienda abandonada porfirista, y una historia que involucra al movimiento cristero. ¿ Cómo se logra esta adaptación? 

AC: El terror es universal, los humanos le tememos a lo que desconocemos hay un afán por descubrir el mundo, constantemente sentimos esa necesidad de darle un nombre a las cosas y vivirlas. Por esta razón buscamos esa identidad con elementos únicos de México ,que le dan un sabor muy propio de nuestra cultura. Fue muy lindo hacerlo lo más mexicano que pude, porque soy mexicana, aunque crecí en el extranjero y llegué aquí hasta los 17 años. 

 

Conocemos la trayectoria de Guillermo como cinefotógrafo por películas como El crimen del padre Amaro de Carlos Carrera o Profundo carmesí de Arturo Ripstein… ¿Se trabaja distinto la fotografía cuando también tienes la responsabilidad de dirección? 

GG: Pude separar mi cabeza en dos, me concentré en la imagen y la dirección. Al final, mi trabajo siempre debe tener una finalidad con los directores, porque construimos imágenes para narrar una historia. En este caso trabajé con Alejandra y compartí esa responsabilidad, eso me permitió hacer cosas que guardaba. Pude integrar mi visión del mundo y hacer funcionar mis ideas. 

AC: Juntos decidimos todos los aspectos visuales de la película y el tono, la dirección de los actores; fue un ejercicio diferente, porque había mayor injerencia por parte de Memo. El resultado fue satisfactorio. 

 

¿Cuáles son estas diferencias en la fotografía que ahora pudiste ejecutar? 

GG: Nos permitimos ambientes y colores distintos para el tiempo pasado y el tiempo presente de la historia. Después, hay una parte en la que el pasado se vuelca en el presente y hubo un tratamiento especial. Es una forma de meter al espectador en la historia, de filtrar mejor a la cámara con el uso de los lentes. Me gusta mucho jugar con la óptica y los colores, eso es lo que tiene la película. 

Otra licencia fue incluir a Ripstein con características porfirianas, él es mi maestro y además aumentó la fuerza narrativa de la historia. Cuando le comenté a Alejandra que incluía a Ripstein estuvo totalmente de acuerdo. 

Jugaremos en el bosque, Dirs. Alejandra Cárdenas y Guillermo Granillo 

 

Más allá de la influencia del pasado en el presente y de los acontecimientos sobrenaturales, Jugaremos en el bosque condensa una historia del presente, una pareja moderna enfrentada a retos importantes 

AC: Para mí se trata de una historia de pérdidas y duelos no superados. Un tema importante es la maternidad: la madre que duda tener a su propio hijo, aquellas que no los quieren y las que los pierden. 

La parte sobrenatural es un reflejo de los miedos en la realidad. El terror está alimentado por los miedos terrestres. En esta historia tenemos una pareja vulnerable por la pérdida del hijo, susceptibles a ser manipulados por espíritus, quienes no tienen nada que perder. Una persona completamente perdida o al borde del suicidio, es la víctima perfecta para un planteamiento sobrenatural. 

Es la esencia de las posesiones, algo que vemos constantemente en otras películas: pérdidas, abusos y dolor. 

 

La protagonista de Jugaremos en el bosque, Mariana, tiene una transición importante en le película, de ahí que destaque la interpretación de Lucía Uribe. ¿Cómo crearon a su personaje?

AC: Lucía es una actriz maravillosa, un goce. Ella lo deja todo por el papel, no hay necesidad de empujarla a la orilla, porque a ella no le importa si se ve bien o si la cámara enfoca algo que no le gusta de su imagen. Es una aventada, cada día llegaba preparadísima para el papel y nos invitaba a hacerlo todo más intenso o más emocionante. Me dejó asombrada el nivel de entrega y compromiso que tiene.

Todos fueron excelentes, pero el personaje de Mariana exigía y Lucía rebasó mis expectativas totalmente. 

 

¿Cómo fue el ejercicio de codirección en Jugaremos en el bosque?

GG: Para mí se trata de tener una familia. Al trabajar juntos, los cineastas hacemos familia. Con Alejandra y Lucía veníamos de hacer La nave y Me case con un idiota, conocemos cosas del otro y nos da la oportunidad de un trabajo en conjunto, que al final deja una experiencia agrabale. Tanto Alejandra como yo, salimos de nuestras zonas de confort; codirigir fue un reto que exigió otro tipo de competencias y habilidades. Nunca nos habíamos encontrado en ese lugar y al final el trabajo es en conjunto, ahora ya no es solo la voz del director porque importa escuchar a quien tenga una idea. 

AC: Hoy en día el ego debe quedar a un lado, porque lo mejor es lo que va a convenir para el proyecto. En mi caso, soy guionista, y si bien es un ejercicio en solitario, necesitas a los demás. Hay que prescindir de la idea sobre que el director es lo más importante, se necesita más trabajo de mesa y en colaboración para que en sintonía se logre una visión en común.

Eso es lo más satisfactorio, rara vez tuvimos desencuentros.

Jugaremos en el bosque (México, 2023). Dirección: Alejandra Cárdenas y Guillermo Granillo. Producción: Felicitas Arce, Alejandra Cárdenas y Batán Silva. Compañía productora: La Nonna Films. Guión: Alejandra Cárdenas, basado en una idea de Alejandra Cárdenas y Carlos Eduardo Aguilar Franco. Fotografía: Guillermo Granillo. Diseño de producción: Nicolás Scabini. Sonido: Arie Orihuela. Música: Rogelio Sosa. Reparto: Lucía Uribe, Mauricio Isaac, Mercedes Olea, Julieta Egurrola, Camila Valdéz Goméz, María Valdéz Gómez, María Carine Olivares y Alonso Navarro